Hablar no es posible si no existe alguien que nos escuche, que conteste, o sencillamente, asienta con la cabeza, porque el mundo, no está hecho para vivir solos/as.
Hablar, es uno de esos verbos que nos hace sociales; por nuestra vida, con el paso de los años, llegan a pasar desconocidos, conocidos, amistades, compañeros/as y los saludados; unos dejan huella, otros, sin embargo, se hacen notar de manera leve, y otros, sin embargo solamente estan cuando deben, y es realmente, cuando nos damos cuenta, de esa esencia de la compañía, tan necesaria cuando menos se espera dejando enormemente, un alivio y sensación de que en ese preciso momento, nuestra vida, se siente "realizada" de cualquiera manera, pero realizada.