Escucho los pasos al fondo del pasillo, alguién se acerca, la puerta de la sala en la que estoy, se abre y entró todo un equipo de personas, mi tranquilad se acelera, batas blancas y verdes... ¿médicos, apréndices, profesores?
Desde hace unos meses, me cuesta simplemente pensar con claridad cada vez, que tengo que visitar cualquier sala relacionada con el momento que vivo, percibía un murmullo difuso, me enfrasco en mis cosas, no sé si para olvidar lo que me cuentan, pero inevitablemente, cuando salgo, siempre salgo de la misma forma en la que entro, paso semi firme, con ganas de salir del lugar, llegar a casa, tumbarme en el sofá y mirar el techo, parece decir millones de cosas, enfrasca mi momento, perturbando cada uno de mis pensamientos, y es cuando, el mal rato, viene después, cuando te acabas sentando, para pensar y tomar decisiones, cuando te ves, con toda una lista de harapos inadecuados, unos te dicen una cosa, otros otra, pero nadie, te dice lo que quieres escuchar, cantidad de veces, me sorbresaltan algunos comentarios, saber que por mucho que digan que pueden ir bien, es un suma y sigue, nunca hay un momento, en el que voy a esa sala, y me dicen algo realmente diferente, o al menos que me tranquilice, me dé un tiempo de sosiego, para al menos, tener un momento de calma...