En ocasiones, podemos pensar que una persona, puede ser estrictamente mala, pero sin reconocer que en la práctica, lo es... Cuando nos miramos en el espejo todas las mañanas, él, nos devuelve una imagen fiel de lo que somos fisicamente y tal y como van pasando los años, notamos sus efectos: nos empiezan a salir las canas, las indeseables arrugas, y todo ello con otro conjunto de cosas, nos damos cuenta, que son los efectos que realmente, no podemos evitar y terminamos resignandonos a envejecer, por mucho que se luche todo lo posible para evitar sus consecuencias... Hacemos, en ocasiones, lo imposible por no envejecer, cuando nuestro cuerpo, tan solo es mortal y polvo al fin y al cabo, entonces, me pregunto ¿qué no haríamos para evitar el envejecimiento de nustra alma inmortal?
Tengo muy claro, que tal y como está el mundo, es algo que nos trae sencillamente sin cuidado, ya que los espejos comunes, no es el reflejo donde se pueda encontrar nuestra alma, por lo cual, por esa razón, creo que jamás podremos admitir, que actuamos mal.
Hoy, os propongo que os pongáis enfrente del espejo, que refleja tu vida tal y como es, y no tal y como tú crees que es.
El espejo al que me refiero, no es el que tienes en el cuarto de baño ni en tu habitación, si lo tienes claro está, es otro espejo, pero sin duda es de tu propiedad, en ocasiones, lo que veremos no nos va a gustar incluso, nos impulsaría a romperlo, pero aunque se rompa, en cada uno de sus trozos, continuará contemplandose en él, esa imagen horrible.
Aún así, no pienso que las personas seamos malas, sino las consecuencias de nuestra vida, todo lo que ha ido arrojando sobre nuestra alma, las decepciones, los fracasos, los desengaños, los disgustos e injusticias, que al final hacen que nos rebelemos contra la bondad, ya que solamente produce dolor y sufrimiento, pero sin darnos cuenta, no nos hemos rebelado contra la bondad, sino contra el tiempo, y es ahí, donde estan los resultados.
Por muchas razones, nos tiramos gran parte de nuestra vida, con justificaciones, pensando en que hacemos mal, que no hacemos para que nuestra vida, pueda ser por lo menos mejor, justificando los actos malos que negamos y los buenos que evitamos.
Podemos no creer que la fuerza de temer que los mares se derriban barcos y diques, porque la marea todo lo que encuentra en su camino, lo inunda, pues con la vida, es más o menos lo mismo, si pensamos que la vida no tiene sentido, que si creemos o no en Dios y que esté es una simple estupidez creada con el objetivo de convertir a las personas en esclavos, si no crees en la conciencia, pues podría guiarnos porque en ocasiones, ese egoismo está contruido por una educación errónea y todo ello, es el sintoma, con el que hallamos la primera de las causas que hacen que esa imagen que visualizamos en el espejo, nos asustó, pero no nos preocupemos, ya que al contrario, también ocurre con los efectos del cuerpo, pero los efectos del alma, los podemos correguir.
Podemos, si cabe creer en algo más que no seamos nosotros mismos y nuestra imagen, posiblemente mejorará automáticamente, porque dicen que la fe, es como un faro que nos guía a los mortales hasta un lugar seguro cuando estamos perdidos en medio de la nada, por mucho que lo tengamos todo, pero la soledad, no entiende de dinero no riquezas y tampoco de pobrezas, está sin más, y sino, ¿porque en algún momento de nuestra vida, nos sentimos perdidos?, ¿por qué dejamos de confiar en las personas, cuando solo algunas nos han decepcionado?, es posible que la inteligencia que poseemos nos haga ir de libres pro la vida, pero no olvides que porque en ocasiones lo creamos o nos lo digan, pero no te engañes, esa es una verdad a medias.
Dañamos con sabiduria, elegimos a nuestro débil y contra él, descargamos nuestra flecha con veneno, no nos apiadamos del sufrimiento ni del dolor ajeno, cuando recordamos que hubo momento en que nadie se apiadó de los nuestros.
Podemos pensar, que el alma es una tontería, entonces, ahora bien, ¿cómo nos explicamos cuando alguien ha traicionado nuestra amistad o nos devuelve el mal por un bien que le hayamos echo?, todo ello, también hace que perdamos la esperanza, nos olvidamos de la bondad, porque de ella abusamos, sin embargo, esperamos que nuestra inteligencia, nos lleve a la fama, al poder y la riqueza, pero cuando no es así, despreciamos a quienes si lo han conseguido, pero eso, tiene nombre propio, se la llama envidia, pero con todo, le daremos paso al amor, cuando amamos, deberiamos sentirnos con orgullo de ello, porque no mejor satisfacción, que amar y ser amado/a, pero en ocasiones, damos tanto y nos cansamos de darlo, bien porque ya no queremos amar, o sencillamente porque dejan de amarnos y tenemos que volver a buscar un ser a quien amar.
Con todo esto, cabe decir, que veremos todo lo que nos conviene, pero si ser inteligente y malo o ser tonto/a y bondadoso/a, pero claro, cuando no tenemos fe en el argumento, nos deja complentamente frios/as, pero ahora bien, ¿qué hacemos en este mundo sin fe, sin esperanza y sin caridad?
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