Hoy, creo que me levanté con el pie izquierdo, porque el derecho todavía estaba dormido, no le di el tiempo justo para despertar.
Hoy, no estoy de muy buen humor, a veces creo que ser una pobre lectora que quiere leer y seguir unas instrucciones que a veces, por no tener, no tienen pies ni cabeza, por no decir que no tienen sentido.
Realmente, lo que voy a escribir, es otra de mis muchas chorradas, claro, podría decirme, va, hoy voy a ayudar a alguién, cuando siquiera he empezado a ayudarme a mi misma, pero, generalmente, es una mezcla de experiencia de vida que lo que hago es coger un ritmo a la hora de escribir; podría guiarme con consejos de los grandes escritores, los de todos los tiempo, pero, a la hora de la verdad, delante de una hoja en blanco, Shakespeare, Stoker... me dan igual, y además, es que están muertos...
Primero, es que tengo que tener ganas, no solamente lo digo yo, lo dice cualquier hijo de vecino que le preguntes cualquier cosa, es sin más, GANAS. Las ganas es lo más importante, para por lo menos, escribir algo coherentemente normal.
Porque si lo miro en forma de que puede haya un genio en nuestra persona, alguién que supere cualquier cosa escrita hasta ahora, alguién que haga que el mundo tiembre, que deje de respirar y nos haga estremecer, pero si a esa persona, le gusta escribir, como a mí me gusta dejar de fumar, estamos realmente, perdidos.
Podría decir que me gusta comer, y estoy segura, que a él/ella también leer, pero... "que pereza me da ponerme ahora a escribir", el talento, está genial, está muy bien, el talento, es maravilloso pero si no sabemos utilizarlo, con talento, no hacemos mucho.
Creo que desde hace un tiempo, me echan muchas flores encima, que he llegado lejos, muy lejos, pero es que, no fue más lejano que la edad que tengo.
Cuando era pequeña, me apunté a clases de piano, tenía un organillo, y yo queria un piano, pero resultó, que la teoria y yo, no nos llevabamos muy bien, y solo sentarme me daba pereza y tocar las mismas piezas una y otra vez, no lo veía ni medio normal.
Vale, así que tenemos un poco de talento, y encima, tenemos ganas de aprovecharlo, ahora, tiene que venir la ídea.
A mí, las ideas me vienen de repente, generalmente es cuando estoy pensando en nada, porque si, yo pienso en nada y a la vez, también en mucho.
La mayoria de las ídeas que se me ocurren cuando estoy con mis amigas, luego no consigo encontrarles el punto, porque una con una cosa, la otra con la otra y yo, con mis ideas.
Mi musa, solo me visita cuando algo sucede, pero quizá me inspiro mirando esa estrella que nunca o ese sentimiento que ha muerto, o está apunto de morir.
Poner la ídea en marcha...
Yo, suelo coger un lápiz y un folio, digamos un folio, por no decir los tickets de la compra, pero, es infinitamente mucho más comodo, escribir directamente a ordenador, lo sé, y por eso, a lapiz y papel a parte de el diario que dejé de escribir hace muchos años, o la historia que nunca terminé porque a veces, puedo escribir durante horas y otras sencillamente no escribir gran cosa.
Cuando voy de viaje, no sé porque, pero los últimos que he echo, dejaorn de ser en coche, por qué será... todo lo escribo a mano, aunque conmigo venga el portatil. Pero escibir a mano, y luego tener que pasarlo al ordenador, ya es otra historia, quizá algo que podría hacer en una hora, yo tardo un mes, porque sentarme a re-escribir lo que ya está escrito, sin ni siquiera corregirlo, me mata, pero bueno, como empezar a escribir.
Dicen que el/la escritor/a tiene miedo de la página en blanco, yo no sé quien diria esa tremenda tontería, pero tendría que tener un serio problema.
Para mí, una hoja en blando es un mundo, lo es todo...
¿Qué existe hoy en día a mi alrededor que no pueda dibujar en ella por medio de palabras?, porque escribir, también es un dibujo, es una imagen en movimiento.
La hora en blanco, es poder, es el futuro de la imaginación, la hoja en blanco es mi aliada, supongo que después de todos estos meses escribiendo me dí cuenta que dejarlos en un cajón, no tiene porque ser guardar una obra, sino dejar el talento atado.
Creo que es cierto eso que dicen, que lo mejor que se puede hacer, es escribir todos los días, yo, sinceramente, no lo hago, y se ve, que debo hacerlo mal, pero a veces, no tengo ganas de escribir, porque la historia, me da miedo, o sencillamente, porque no quiero acabarlar.
Ahora mismo, lo que tengo entre las manos, es una historia, delicada, es una historia, que tiene vida propia y aunque me gustaría domarla y decidir las cosas de otra manera, la historia, no se deja hacer.
Me da miedo el vacio que habrá después.
Hace un tiempo, conocí a alguién que escribir por las mañanas, y por las tardes pensaba lo que iba a escribir al día siguiente, yo, no lo entendía, porque no escribia todo lo que había pensado, era como si dejara migas de pan en su historia para luego, poder continuarla.
Yo, suelo hacerlo, pero sin pensar en que haré mañana, porque todavía no sé que hare dentro de unas horas, pero, lo que mejor se me da, es sentarme a escribir, sin más, sin mucha ídea de como será la siguiente escena, solo a grandes rasgos y definiciones concretas, yo soy muy amiga de lo abstracto.
Es una auténtica putada, quedarse bloqueada en medio de una escena, a veces, me levanto después de estar sentada, cierro los ojos y me imagino la escena, desde cada personaje e interpreto con gestos y palabras silenciosas lo que los personajes dirian.
En cambio, otras veces, cierro los ojos, y no veo más allá que recorrerme el pasillo, mi habitación y darme cuenta que no acaba funcionando.
Estoy en como organizar la historia, porque creo, que es un punto que debería de venir antes, pero, como soy muy amiga del orden pues no sé organizarla, no es lo mismo colocar el armario, que colocar una ídea.
Hoy, tengo una ídea, pero resulta que no busco la esclavitud de mi inteligencia, porque no sabría por donde empezarla, porque sencillamente, es una historia que me descoloca todos los esquema, así que, mal vamos.
Todo el mundo, a quien le he enseñado Azul cielo, se ha maravillado con ese final, que curioso oye, nunca me lo habría imaginado.
Tengo una amiga, que dice que me gustan las historias estructuradas, pero se olvido de decirme que también me gustaban las historias que no duelen.
Yo, generalmente, tenía la ídea que empezaba y terminaba, directamente con un principio y un final, pero luego, es cuando le fuimos dando forma, desde el comienzo, hasta que llegue el desenlace final,
porque, tenía un planteamiento, una historia escrita, que solamente era eso, una historia, de la que no pretendía ir más allá, pero alguién la leyó, y dijo, "es una buena ídea", y ahí, empezó todo...
En cambio, yo pensé va, se le va la cabeza, y ahí lo deje.
Pero hoy en día, y después de unos cuantos meses, parece ser que la historia, cambió, y con ella vinieron muchas más historias, entrelazando tantas historias que mi socia y yo, muchas veces, nos tenemos que perder entre tantas hoja, pero yo me pierdo más en los tickets de compra...
Está mañana, alguién me dijo, escribir una historia, empieza donde tú quieres que empiece, escribe la tuya....
Y eso, me ha dejado pensando... voy a seguir pensando....
solo puedo decirte, que escribas, y que sigas escribiendo, en los tickets de la compra, en el ordenador, en la libreta o en la pared... tu me has contagiado la escritura... y tu talento es innato ;) ;) no lo dejes jamás! ;) a veces hacemos cosas sin pensar, o pensando que seran lo mejor, que a otra persona le encantara, y nos equivocamos... pero lo importante es la intencion y lo que hay detras de aquella equivocacion... el dolor, la decepcion no tendrian que haver estado detras de la historia de hoy, creeme ;)
ResponderEliminarSocia.