Lo que nadie recuerda, lo que nunca sucedió


De pie, esperando, quieta, con la cabeza altiva.

Sus ojos miraban el horizonte, le encantaba la línea que formaban el cielo y el mar al unirse en la infinidad. Y siguió esperando.

Su dedo ensangrentado y ligeramente hinchado le escocía un poco, notaba el latir del corazón en el propio dedo y un calor interno le recorría. Era su calor, pensaba. Ya no podrían volverse a reencontrar. Moriría aquel mismo atardecer. Y ella, ella no lo sabría hasta bien entrada la noche y, de cierta manera, era un alivio porque como siempre, ella seguiría esperando... esperando hasta el amanecer, esperando hasta que la tierra, el agua o el viento le avisaran de la tragedia y quizá entonces decidiese volar por el acantilado de los recuerdos, entrelazando así ambos destinos.


Y sucedió como no tendría que haber sucedido. En el mismo instante en que el último suspiro se escapaba de sus pulmones, ella lo supo, el viento no la hubiera traicionado.
Dio un salto, como nunca antes se vio a ningún animal salvaje, dandole cualquier nombre relativo, que descubriera cual pudiera ser el animal, daba igual, si un leopardo o una pantera, sus ropas blancas, deslumbrabon   çla luz de la luna y con sus brazos en forma de cruz, recorrió las rocas, hasta el infinito, cualquier momento, era necesario y eterno, ya no existian las horas, el tiempo, se había paralizado.
Pero, solamente en medio de una claridad brillante, que te cegaba cualquier atisvo de luz, se unieron sobre un abrazo teñido de dolor.

...Solo...
...Tan estático que paraliza...
...Tan frío que congela...
...Tan seco que desidrata...
...Tan callado que incomoda...
...Tan inanimado que asusta...
...Lo que nadie recuerda, lo que nunca sucedió...

2 comentarios:

  1. Aajajajaj.... según se mire, se podría coger, como "una ídea más"... aunque, no tiene demasiado que ver...

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