Hoy, duelen los pensamientos

Parece mentira, pero cuando tienes que ir a cierto lugar, en el que te tienen que dar una noticia, y si está, no es buena, vas con miedo, dándole miles de vueltas a los pensamientos, se te pasan tantísimas cosas por la cabeza, es como si fuese un tren que no deja de pasar por momentos, que pasa tan rápido, que no somos capaces de clarificar todo cuanto en ese tren podemos encontrarnos.

Creo, que a partir de hoy, empieza mi nueva vida, porque la que tenía hasta hace muy poco, se ha desmoronado, todo el mundo que había creado hasta entonces, mis 29 años, se han quedado atrás, parece mentira, que esto, este ocurriendo otra vez. Hace semanas, ya me dieron está noticia, aunque conforme han ido pasando las semanas, pues, sucedieron una serie de cosas, y he llegado a este punto, como si fuera un punto cardinal, que separa mi tranquilidad y todo lo que había pensado, sin embargo, difícilmente sé utilizar las palabras adecuadas, por ejemplo, podría hablar claro, aunque prefiero mantener ese anonimato del tema en cuestión, me vale con que yo lo sepa, aunque, si es cierto que escribir, quizás, me está viniendo bien, desde que he llegado a casa, me senté, mirando hacía ninguna parte.

Mientras estaba en ese lugar de color blanco, (nunca me ha gustado el blanco, siquiera las paredes de mi casa, lo son), y escuchar todo lo que me estaban soltando, me enfrasqué en mi mundo, empecé a imaginar, que todo estaba siendo un mal sueño, que otra vez, se había equivocado, que a mí, no me podía estar pasando, no podía volver a pasarme, nada de lo que me estaban contando, a cualquiera, menos a mí.

Estaba deseando salir corriendo, para gritar, respirar, llorar porque estaba intentando aguantar el tipo, fue salir, montarnos en el coche y romper a llorar, ¿cómo es posible que esto, me esté pasando a mí?

Todo el mundo que había creado hasta ese preciso momento, se había desmoronado, porque, aunque no soy de las que piensa que la felicidad existe, sino los momentos felices, pensé que esos momentos, se iban, sencillamente, desaparecen, y todo se truncó, en cuestión de minutos, de un plumazo.

De camino a ninguna parte, paramos en el roquero, una playa que tiene una roca en forma de guitarra eléctrica, de ahí, llamada el roquero, y lo más curioso, es poco transitada, por lo que, cuando siempre necesito desquiciar mis pensamientos, le hago una visita, es como visitarme a mi misma, reencontrarme de nuevo conmigo, lloré como nunca, me vacié, creo que nunca había llorado acompañada, hoy, me acompañaste, aunque últimamente me acompañas siempre, lo que hace un abrazo, de esos que hacen que te escondas y no haya nada que te vea, y llore, solamente lloré, no era capaz de decir absolutamente nada, ¿qué podía decir, sino me salían las palabras?

El teléfono, no ha dejado de sonar, no deja de sonar, pero no contesto, no me apetece, parece mentira que las peores noticias, vuelan como si tuvieran alas, no me apetece hablar con nadie.

Hoy, creo, que mi vida vuelve a cambiar, que mi ego vuelve de nuevo a transformarse, cambia mi forma de ser, mi forma de actuar, o al menos, mirando atrás, todo cambió, porque esto, ya sucedió otra vez, y mirando atrás, cambié tantísimo, no tengo nada que ver, aunque creo, que a partir de hoy, no sé quien soy.

Hoy, me han preguntado, qué pensaba, me mandaron un mensaje y en él, me preguntaban “cómo ha ido”, no he contestado, al ver que no conteste, volví a recibir otro, en el que me decía, “en qué piensas”, entonces, esa pregunta, me ha llegado, porque no sé muy bien como incluso contestar ahora, porque, pensar evidentemente he pensado, pero las lágrimas, ahogaban los pensamientos y no dejaban que aflorase nada más.

Desde semanas, tengo la extraña sensación, de las miradas “con pena”, a mí, sin embargo, se me nublan los ojos, pero aguanto, aguanto sin decir apenas nada, escasas veces, puedo pararme y decirles lo que realmente pienso, porque seguramente, acabaría “rompiéndoles”, así que cada vez que tengo visita, o voy a visitar a alguien, saco mi mejor cara y mi mejor sonrisa, pero ahí están, miradas disimuladas, preguntas sin respuestas y si las tiene, las evito, contesto cualquier cosa, cualquier tontería, o cambio radicalmente de tema, no sé que pensarían, no es que no me importe, prefiero que no me afecte, aunque realmente, si lo hace, más cuando se trata de gente, que son importantes, pero a veces, vienen te dan un abrazo, te arropan, unas palabras de ánimo…

Desde que sé todo esto, desde hace semanas, si he hablado de todo esto, aunque, a duras penas, es como hacer un nuevo hueco en la llaga, hacerla más grande, recordarlo más a menudo, aunque también es verdad, que viene bien, me desahogo un poco, lo más difícil es no acabar llorando.

Hoy, he llegado a casa, y ahí estaba una de las personas más importantes de mi vida, y bueno, he aparentado ser la persona más feliz del mundo, aunque por dentro, era todo lo contrario; ahora, sin embargo, es lo mismo, pero estoy en la terraza, hace un frío de escándalo, pero bueno, necesito salir aquí fuera, y reencontrarme, contarle a ese alguien que hace poco dejó de estar aquí, y nadie más que él, me va a entender, siempre tiene los silencios que más aprecio, esos que nunca olvido, cuando algo me preocupa, cuando no sé por donde tirar, aquí fuera, es como reencontrarme y darle un abrazo, aunque solamente sea, abrazar un vacio, pero lleno, siempre lleno.

Miro atrás, y recordando a está persona, podría decir, que aquella vez, lo tome todo como un regalo, aprendí tantas cosas, aprendí a vivir, a valorar lo que pasa desapercibido, aprendí donde estaba lo verdaderamente importante, le di tantísima importancia al día a día, a esos momentos, que pasan momentáneamente, a disfrutar de una compañía, por breve que fuera, pero era algo, terriblemente grande, que me llenaba, y todo esto, es lo que para mí, tanto cambio, a darle un valor increíble a ciertas cosas, que no significaban nada, o que por lo menos, para mí, en aquel entonces, no lo parecían, ahora, creo que me va a pasar lo mismo, volverá a cambiar todo, y volveré a reencontrarme con esos amigos que se hacen en esos lugares, y que empezarán a formar parte de mi vida, entrar en esas salas, nadie hablará de nada, porque todos, quieren olvidar lo mismo.

Recuerdo, cuando está vez, me dieron la noticia, tarde unos días en reaccionar, hablaba con la gente, y todos me miraban con esa mirada de pena, o por el contrario, si hablaba por cualquier otro medio, me transmitían lo mismo, aún hoy, me lo transmiten, aunque intenten hacer ver que no, pero son esas pequeñas cosas, que se notan tanto, que aunque crean que no, es cierto que es una pena que incluso les abruma, realmente, lo entiendo, porque reaccionar ante todo esto, no es fácil para nadie que me rodea, quien no me conoce, evidentemente les trae sin cuidado, vamos, a mi me causa indiferencia.

Reaccionar y resurgir, resulta paradójico, ya que da igual el tiempo que todo este dure, para bien o para mal, eso, da igual, pero es una forma de aplicar la moraleja de la vida, “qué nadie te quite lo único que tenemos, la felicidad”, en cambio, bajo mi punto de vista, no sé cuando querrá reconciliarse conmigo, porque todo lo que la gente me transmite es miedo, y realmente, prefiero que me contagien de otro tipo de sensaciones, para disfrutar de esos momentos que pasan por delante y que no sabemos percibir.