
Corren días extraños en mi vida, parece que las apariencias engañan o que por el contrario, representan una carrera llena de obstaculos sumados en ese supor amargo de las pregnntas sin respuesta, de las angustías importentes superpuestas a todo lo demás.
Los vacios, parecen tan profundos, como si realmente, no tuvieran final, como si el cuerpo se quedase sin fuerza para dar un paso más, como si el consuelo quisiera encontrar los trozos que faltan para retomar un puzzle, pero realmente es el tiempo quien ayuda a convivir con esa espina, es quien realmente ayuda a levantarse a sentir como si fuese de la familia o por lo menos, un consuelo, más amigo; pues desde mi punto de vista las letras y las palabras dejan de entender, que la tinta ya no marca como antes, que el papel, no soporta tantas palabras derrumbándose el pensamiento en una confusión de ídeas.
Las horas se hacen pesadas hasta el punto en el que los pitidos y presiones no dejaban de cesar ni de día ni de noche, pero podía más el no diré nada, pero.... no dura eternamente, un preciso instante una precisa decisíón es la que consigue ponerme alerta, levantarme agotada y decirme nos tenemos que ir, sabía que otro dia más iba a ser duro, muy duro de aguantar, se apagaba poco a poco como si fuese un susurro dentro de mi cabeza, se apagaba.
A veces, estoy tan cansada, que prefiero apagar la mecha de la llamada esperanza, así que me limité a seguir esperando su omnipresente vuelta durante el resto de la noche, ya que conforme pasaron las horas, empecé a creerme que por fin, iba a tener uno de mis ansiados días de libertad, y ahí si que pude volver a aferrarme a ese sentimiento que hace, que consigue que cada día, vuelta a levantarme, es curioso, como de un día para otro, puede cambiarte todo de reprente, de golpe.
Hoy, me noto otra vez, como volviendo, poco a poco, esparciéndose, pero ya sé que es posible, que sí, que algún día es posible que se vaya, que por fin pueda saber que es el silencio en mi cabeza, como esa voz invisible que se va, que no vuelve.
Pero si no es así, y esa voz invisible se queda, no me quedará más remedio, aceptar la incoherencia y disfrutar de lo poco que quede hasta que termine, solo hasta que termine.
Prefiero, sin duda mantener los ojos bien abiertos, aunque ciertos flashes consigan traspasar mis sentimientos más puros para así, no olvidar el intento de alcanzar el fondo sociológico del asunto.
... tal vez la entrada que más m'ha costado leerte... no apagues la mecha de la esperanza... no la pierdas... ;)
ResponderEliminar