Contando el tiempo

Me he perdido en los pasadizos de los perdidos, y no hago más que preguntarme “¿por qué no me siento satisfecha?”.

Llevo unos días de vuelta a mi casa, y no hago otra cosa que salir de aquí para allá, para no caer en la pesadumbre de mi pensamiento, mantenerme ocupada, me limita a pensar menos, a sentirme más yo, solamente me recuerda que permanece en mí en unas horas especificas, recordándome que haga lo que haga, la guerra no terminó, quizá, de una de esas batallas que se prologan de por vida, que no cesa, no cura ni perdura.



Me reflejo en las conclusiones vitales de la llamada esperanza e incluso esa alegría que solamente se disfruta en momentos, con una nueva visión si cabe más positiva escondida en mi caparazón, dejándome ver, en lo que no soy, y en lo que no siento, eternamente feliz… lo que son las apariencias, esa auténtica rutina psico-emocional que por lo menos, me ayuda a dormir mejor, y por lo menos, dormir me ayuda a ver la vida de otra forma más profunda.

Despertarme con los pitidos cada noche, no deja de ser una experiencia, si cabe, cuanto menos desagradable, pero he terminado acostumbrándome, perdiendo el tiempo con el motor de mi día a día, sin embargo estoy en el dilema del “ya no estoy para estas cosas”, aunque sencillamente, cambie de color.

Ahora, estoy en un proceso de aceptación, queriendo evitar que me devore antes de actuar, sin embargo, por muchos impedimentos que ponga, no deja  de actuar, de seguir su proceso, actuar en línea recta con curvas y zonas montañosas.

La semana que viene, voy a estar en Barcelona, haré la visita pactada y ver que me plantean, me aseguraron por teléfono, que tengo que depositar una gran dosis de esperanza, que teóricamente, no todo está perdido… solo que yo, no dejo de pensar en lo que dicen y cuentan los papeles, esos, no mienten, no me dicen lo mismo, y quizá, es lo que realmente, está haciendo que solamente tenga un salvavidas pinchado, el que aparentemente me mantiene mirando hacia delante, sin olvidar lo que me rodea…

Todo está siendo como un eslabón perdido, buscándome contantemente sin olvidarme, eso sí, de los pilares más preciados de mi vida, que aunque parezca más borde, más cruel, más rebelde, no he olvidado que están a mi lado, si es cierto, que de Houston, he venido más rebelde, más mosqueada con el mundo, más injusta con el pensamiento, más desbordada si cabe, con cantidad de retrocesos y descansos nocturnos, despertándome de madrugada sin control, con todos los proyectos  y preocupaciones asaltándome sin piedad, exacerbados cómo cuando solamente ocurre de madrugada. 

Estoy en el proceso continuo de dormir de rebote pero, por “A” ó por “B” esa agradable función se borró de mi cerebro, podría haber un interruptor para apagarme…

Tengo una sensación terrible de todos y cada uno de los “defectos” que tengo, son como un cóctel químico, delicado y bombardeándome intentando encontrar un lugar para el equilibrio.

Mientras se acerca el día 4 de agosto, para mi “no” ansiada visita, haré lo que hasta ahora… e incluso, pedir “perdón” por sencillamente arrastrar a que paren… sin necesidad de que tengan que hacerlo…

Quizá, ese fin de semana, se convierta en un día ameno, con acufenos amargos, pero va siendo hora, de sentarme, y hablar... quizá, seguramente, sea el momento preciado.

Mientras que se agotá mi paciencia, la puerta de mi vida se cierra, para no volver a abrir nunca más, pues me sobrán años y me faltan días para contar el tiempo par dejar de sentir.

…En fin…
…Quiero escuchar…
…Quiero gritar…
…Quiero fingir…
…Que no es verdad…
...Nada soy...
...Nada quiero...

No hay comentarios:

Publicar un comentario