¿Misión cumplida?

Son, quizá, los últimos días en los que ya casí empezó a terminar lo peor, mientras tanto, me engaño o me mentalizo, de que, esto, me va a acompañar el resto de mi vida, sea está larga o corta, aún así, sigo empeñada en olvidar.

En diferentes momentos, he afirmado que si me han podido y he pasado todos estos meses con diferentes altercados, y volviendo de nuevo a pensar que puede haber un mañana, ha sido gracias, sin duda a que mi cuerpo, ha olvidado siempre el último, sin ese olvido necesario, seguramente, no hubieran habido otras segundas oportunidades, de las que siempre he pensando, y pienso, que nunca fueron buenas.

Sin embargo, continuo en ello, dejando escapar el tiempo entre mis dedos durante estos últimos días de las trifulcas que me acompañan constantemente, y segura, de que solamente, pretendo olvidar lo que ha habido, aunque, por lo visto, parezco no tener derecho...

Ayer, hablando con una amiga, a la que hace apenas unos días, le dieron, la peor noticia de su vida, y por lo que yo misma, sé que se tiene que pasar, debo afirmar que aunque no sea propio de mí, HAY QUE DEJAR DE FUMAR, yo, lo hice hace unos meses, y aunque en ocasiones, pagaría por una calada, por volver a saborear ese humo que tanto engancha, pero, hay que dejarlo, no puede ser tan malo cómo experiencia, y si es cierto, que cómo he dicho, muchas veces, pagaría por una calada, al igual que por un cigarrillo entero, e incluso, llevar una cagetilla de tabaco, pero no es una broma, verse de cruces con tu vida, quizá, yo he empezado a afirmar que no existe un momento en que un cigarrillo, justifique el riesto de experimentar, UNA SOLA sesión por los pasillos de los olvidados, y todo lo que conllevar... ese dolor, que propiede del corazón, ES TAN HONDO E INTENSO.

De Houston, quizá volví con mi cuerpo más entero, más sereno e incluso, más fuerte ante lo que se me avecina en las próximas semanas, yo, me he visto, con el deterioro de mi cuerpo, en apenas unas semanas, un par de meses, cómo de golpe, me iba desinflando, me iba perdiendo; es cómo si mi cuerpo, estuviera esperando, que llegase el momento para plantarle cara al veneno, que dicen que salva vidas, pero no deja de ser eso, veneno.

La primera reacción, fue quizá un infierno mental infiel a mis pensamientos, que ya no físico, por un lado, creía que debía enfrentarme a la situación para intentar superarla, y por otro, pensaba que que era cuestión de tiempo, porque siendo una segunda vez, de lo que siempre he pensando, que las segundas oportunidades nunca son buenas, y fue una linea recta, llevando conmigo a varias personas, de las que apenas, han echo preguntas en todos estos meses y a quienes les doy eternamente las gracias.

Lo más duro, fue aceptar la gran debilidad que sentía, aprender a seguir siendo yo, sin el ánimo que de por si, me caracterizaba, abandonar el control y "dejar" que otros decidieran por mí en cada momento.
Afortunadamente, los aliños de una ensalada amarga, fueron sin duda el cariño y la atención por parte de quienes me aprecian, que aunque no son muchos, SON LOS JUSTOS, pues si algo me ha enseñado la cida, ha sido precisamente estar rodea de las personas adecuadas, además, estoy empezando a olvidar, seguramente, a renacer.

La segunda vez, preferí relajarme, yo pensé que me iba a sentar mejor, más preparada o al menos, eso creía yo, tanto me relajé que me pegó una buena paliza, lo que me produjo una importante caida que no me lo ha puesto ni mucho menos fácil en lo sucesivo, supongo, que el relajarme, no fue la actitud adecuada.

En una tercera ocasión, peferí intentar recuperar el control, con la ayuda TOTAL de mi novio, tratando de dominar la situación para intentar evitar lo que me ocurrió antes, pero me llevé otra paliza más grande todavia, viéndome más reducida en un saco de huesos con una mínima expresión.

Durante la cuarta vez, me ví intentado recuperar, pero viendo cómo peores resultados y pasando largos días dónde sinceramente, no me gustaba, pero al verme de aquella forma, casí que prefería dormir hasta que pasase, porque era terriblemente duro, levantar un brazo.

Ahora, estoy en una próxima quinta vez, y aunque sigo a mi manera, me cuesta y me cansa permanecer sentada mucho tiempo, quizá, mejor acostada, unas situaciones han desaparecido, otras no han dejado de hacerme la visita y otras sin embargo, parecen haberles dado miedo.

Me enorgullece verme cómo estoy atravesando este oscuro túnel, eso sí, SIEMPRE ACOMPAÑADA, aunque a veces, sigo sorprendiendome de la gente que me rodea, puesto que, yo estaba acostumbrada a mi misma, a mi vida, a mis más y mis menos, y comprobar como con tiempo y paciencia, estoy volviendo a recuperar fuerzas, e intentar por lo menos, salir adelante, quizá, podría haberlo echo de otra manera, con menos agustia e incluso, mejor. Sin embargo, me he propuesto aferrarme a ello, para seguir adelante, más segura, más firme, más fuerte si cabe y quizá, más grande, porque es verdad que estás experiencias te hacen crecer, te cambia la vida por completo, acabas siendo "otra persona".

Ahora necesito cerrar unas héridas, solamente, es necesario que pase el tiempo, para poder de una vez, despegar hacía una vida más convencional y menos convaleciente.

Hoy, alguién me comentó lo siguiente: "ahora, solamente tienes que engrasar tus alas, revisar tus plumar, que aunque te sorprenda las tienes y salir a limpiar la pista".
Esperando, toca esperar para ver si realmente, se cumplió la misión.

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