Mundo de desconocidos

Desde hace unos meses, una nueva etapa está surcando mis días, mi vida en sí, en muchos aspectos, tanto personales como profesionales, no sabría clarificar a la perfección, cuales pesan más en la balanza de mi psique.

Desde hace unos meses, me acuerdo de esa sensación de "se escribe un nuevo parrafo en mi vida".

Recuerdo, ahora mismo, uno que me impactó desde bastante jovencita, hoy, quizás ya es una anécdota.

Sucedió en mis últimos días de instituto, todos estaban con el plan que quiero hacer, y yo, estaba con el mio, pasando de todo lo que todos querian hacer, para hacer sencillamente, lo que me diera la gana, no quería llevar la vida de vivir en eun pueblo pequeño, donde te conoce todo el mundo, y lo más maravilloso que ves es cuando te subías en el tren para irte de fin de semana, volviendo de regreso porque era algo marcado, a punto de cumplir los 18, es cuando empezaba mi liberación.

Recuerdo a Don Ignacio, mi profesor de literatura, de los pocos, que veía en mi algo más que una pasota, siempre era de los que me prestaba atención, bajo esas pintas de rebelde y esas ansias de salir corriendo, una de las últimas preguntas, el día de final de curso, todos ansiosos con las decisiones, y yo ansiosa, por salir corriendo, no sé cual de las carreras, o la profesional o la personal, tenía más prisa, en aquel entonces, la personal, la profesional, me daba bastante igual...

Aún así, todo lo que empezaba era nuevo, y como tal, siempre da como reparo o miedo a empezar algo que se sale de lo que se acostumbra a hacer, pero ya lo tenía decidido, y no lo iba a parar, pero Don Ignacio, no se rendía, el mundo de los desconocidos, estaba a mis pies, y él, no pensaba que era la mejor elección, pero lo que pensará, me daba también bastante igual, era mi profesor así que poco caso haría de los consejos que me daría, ya que estaba bastante ocupada en otras cosas.

El último día de curso, a parte de darnos la oportunidad de decir, lo que pensabamos de cada profesor que nos había dado clase, lo cual, debo de reconocer, que fue de las pocas veces que realmente, me tome algo tan en serio, dejé huella para bien como para mal, pero aún así, preferí decir lo que pensaba, al fin y al cabo, era el único día, en el que no habían horarios y era todo buen rollo; ese año, Don Ignacio, me dijó, este año te ha tocado a tí, me sorprendió, porque no esperaba eso de me ha tocado a mí, ni que me hubiera tocado la lotería, fue de las pocas veces, que me había llamado por mi nombre completo, ya que siempre me llamaba por mi seudonimo, por lo cual, que se acordase de mi nombre, me llegó, me hizo tal vez, pensar.

Aquel día, tuve la sensación de haberme metido de lleno en el mundo de los adultos, por el que vagaba por las noches de fiesta, sin percatarme demasiado de lo que realmente significaba todo ese mundo de desconocidos.

En aquel entonces, ya no me chupaba el dedo precisamente, pero era demasiado rebelde y a la vez también inocente e ingenua.

Don Ignacio, se dirigió a mí, en plan que harás con tu vida, y solo respondí, vagar por cualquier parte, me voy de aquí Don Ignancio, su respuesta, no fue más es una chiquillada, de la que hoy en día, podría decir, que estoy orgullosa de haber hecho, pues ello, me ha llevado donde ahora mismo estoy, conociendo gente nueva dentro de un mundo de desconocidos, que aunque llevo también dentro de él un tiempo, no deja de ser todo lo contrario a mí; hoy, Don Ignacio, podría estar tal vez orgulloso, ya se sabe que la gente buena, siempre se va sin avisar.

Hoy, tal vez, decidí que fuese el mundo de desconocidos que me rodea, por la sencilla razón, del comienzo de una etapa, que no es que no esperase, pero que no fuese así, son muchos aspectos, dentro de los personales, no me gusta los comienzos, aunque dentro de los profesionales, debería de agradecer muchas veces a mi socia de batallitas (Marta), supongo que de no ser por ella, no estaría tampoco envuelta en ese mundo de desconocidos, que empecé por mi parte, y que acabé metiendola en todo esto, por como es, alguien que jamás de entrada hubiera entrado en mi circulo más cerrado, pero que ha temrinado formando parte de él, de esa otra familia que decimos siempre que tenemos, entre la familia de sangre y la familia de la amistad, hay un simple paso, nunca llegamos a clarificar cual de ellas es más importante, por el miedo a saber cual pesa más...

Así que si cabe, es un buen comienzo dentro de lo profesional, un camino que nos dará muchas cosas entre ellas un buen momento y tiempos de nuevas trayectorias, un camino no del todo dificil, aunque si interesante.

* Los sueños, no se olvidan, solo se aplazan